Llevo días escribiendo y no…
Días guardando todo mi sentir,
tantas cosas que quise decir y no lo pude hacer, he guardado una y mil veces
una publicación en borradores en vez de darle click al botón de publicar, pero
entiendo que sea así, sobre todo cuando hay tantos sentimientos de por medio,
cuando has compartido algo mágico, íntimo y algo que ha robado un poco de tu
corazón con una o varias personas, cuando vez culminado una pequeña parte de un
sueño.
Eso me ha pasado a mí.
Compartí un sueño que poco a poco
veo se va haciendo real, hemos puesto la primera marquita a la lista, una lista
que considero estará llena de éxitos.
Me embarque en esta misión hace más de dos
años de la mano de una de mis cómplices en tantas otras aventuras, fue ahí que
dijimos vamos a por ello, a darle forma a este proyecto, porque creíamos en su música
e hicimos sus canciones nuestras.
Los días pasados han estado
llenos de emociones, tanto, que necesitaba parar, procesar con calma y asimilar todo lo
que habiamos vivido.
Hay momentos que se quedan
siempre en tu mente y son esas primeras veces, la tuya va tatuada en la piel y
la mía en mi corazón y mi alma.
Hoy, en estos momentos tuve la
necesidad de levantarme de la cama, tomar el ordenador y ponerme a escribir a las 2 a.m.,
liberar un poco la sobrecarga de emociones que sentía dentro y si, también de
ponerme a llorar por lo vivido.
Te vi bajarte de un avión, llegar, verme a los ojos y darme uno de esos abrazos que roban el aliento, y no solo eso, sino que además se
llevan un trocito de lo que eres.
Es tan indescriptible la sensación
al leer los comentarios de tus actuaciones, de aquellas personas que se tomaron
la molestia de escuchar las historias detrás del piano de un loco que escapo,
se atrevió a cruzar el charco enfrentándose a sus miedos y decidió que sí, que
quería venir a mi país a enseñar lo que él hacía.
Solo tengo agradecimiento por tu
trato y atenciones, por hacernos sentir “especiales”, por dedicarnos así fueran dos minutos, por esa complicidad, por entender con solo una mirada y dejarnos ver más allá de lo que se ve a primera instancia, por
tener siempre una sonrisa y estar dispuesto a afrontar nuestros retos
musicales y peticiones
raras, pero sobre todo a contarnos las historias detrás de nuestras canciones, desnudar un poquito tu alma y dejar ver a ese gran ser humano que eres, no solo al músico que pierde la cabeza por su piano.
Por lo vivido y lo que queda por
vivir.
INFINITAS GRACIAS, VUELVE PRONTO.
TE ESPERO AQUÍ.